Defensa tenía que conseguir un buen resultado (ganar o empatar por dos o más goles) para poder continuar en la Copa y lo logró. Pasó a la siguiente fase de la Sudamericana, logró un triunfo por primera vez en suelo brasileño y mostró garra y corazón para quedarse con la clasificación.
Era el momento. Había que volver a ganar y mostrar el Defensa que todos quieren. Había que recuperar la identidad que llevó al Halcón a ser lo que es hoy en día. Y en cierta medida con este pasó se logró. Más allá de las dificultades que el partido presentó se vio otra cara de los dirigidos por Hernán Crespo. Fue otra la actitud que mostró, cuando tuvo que defender defendió, cuando tuvo que meter se metió y cuando la suerte estuvo de su lado la aprovechó.
Fue un encuentro muy difícil. Los locales tenían varias combinaciones de resultados que los hacían pasas y, haciendo uso de ello, le cedieron en el primer tiempo la tenencia de la Pelota a los de Varela. Y Defensa la tuvo mucho en esa primera mitad. Perola cuestión es que esa tenencia también resultó dificultosa. Vasco se metía atrás y no daba ningún espacio. Romero rodeado por tres, Pizzini estático, Camacho muy en la punta arrinconado y Larralde con poco panorama. Le dejaban la pelota, pero siempre la tenían el Chaco Acevedo que a la hora del pase no estuvo en esa mitad acertado y Breitembruch que terminaba en la derecha con algún pase fallido a Rius o con algún centro intrascendente rechazado generalmente por los marcadores centrales del equipo local Alves y Castán.
Y Vasco jugaba al error. Confiaba en que Defensa teniendo tanto tiempo la pelota se iba a equivocar. Y Defensa se equivocó. Una pérdida de pelota en la mitad de la cancha hizo que Benítez tirara un pelotazo largo para el centrodelantero Ribamar dejándolo solo frente a Unsaín (que de a poco ya se iba convirtiendo en la figura del partido) pero por suerte para el Halcón la tiró demasiado cruzada y se fue por el lado izquierdo del capitán. Y después tuvieron otra clara: un cabezazo a quemarropa de Castán que Unsaín sacó espectacularmente volando hacia su palo derecho y sacándola con un manotazo.
El segundo tiempo sin ser no menos difícil fue un poco más parejo. Crespo metió en la cancha a Isnaldo que aportó bastante al equipo. Agarró un poco más la pelota Larralde, se juntaron más Pizzini y Romero, pero otro que ingresó Hachén cambiaría la historia del partido. Justamente porque Hachén entró y paredes pasó a la derecha. Fue Paredes que hizo una pared con Rius en la derecha tiró el centro y rebotó en Castán. Y como Dios aprieta, pero no ahorca y se acordó de Defensa. Luego del rebote en el defensor la pelota hizo una parábola extrañísima, pegó en el travesaño y Hachén atento al rebote convirtió el primero y único gol del partido.
La historia cambió y la obligación la tenía ahora Vasco. Y fue como pudo en busca del empate que al menos los llevara a los penales. Y lo cierto es que estuvo cerca de lograrlo y de no ser por Unsaín que tuvo una noche notable y de que Juninho acertada al arco lo hubieran logrado. Pero no pudieron y la historia terminó allí´.
La clasificación vino volando hacia Florencio Varela y todo el pueblo Varelense festejó enormemente esta victoria. Quedan muchas cosas por corregir, pero corregir desde la victoria es otra cosa. Crespo estaba contento como nunca se lo había visto hasta ahora. Fue una gran victoria.
Ahora hay que jugar en Brasil otra vez, en este caso con Bahía, pero ahora con este nuevo triunfo en el plantel hay una ESPERANZA TOTAL.
Por: Daniel Aranda