El equipo de Florencio Varela venció a Independiente en Avellaneda en un partido muy inteligentemente planteado por su entrenador. Golpeó en los momentos justos y supo administrar bien la ventaja. Con este triunfa suma su tercero al hilo y le da la confianza de seguir trabajando tranquilo para afianzar la idea.
Luego de la victoria como local Defensa se enfrentaba por primera vez con un equipo de los denominados grandes. En esta oportunidad lo hacía en Avellaneda frente a un Independiente que atraviesa una gran crisis económica e institucional, que también se ve demostrado o trasladado dentro del campo de juego, con un equipo si grandes nombres, con un técnico desconocido en la primera división y con muchos juveniles que varios dudan que estén preparados. Todo eso y la levantada de los de Varela hicieron que el resultado, en cierta medida, sea lógico.
El inicio del encuentro en sus primeros minutos tuvo al Rojo con una actitud ofensiva, queriendo llevarse por delante a Defensa. Pero solo eso se daba en la posición del local sobre el campo del visitante y no mucho más, porque de eso lo único que hubo fue un remate por encima del travesaño del arco de Unsaín. Pero eso duró poco. Una mala salida sobre el propio campo de independiente hizo que Defensa se ponga en ventaja a los 7 minutos de recién comenzado el encuentro. Barbona tomó el balón por el sector derecho, metió quinta hasta el fondo y metió un pase hacia el medio para que Uvita Fernández se encargara de convertir el primero para los de Varela.
A partir de ese momento en el estadio todo fue murmullo y reproche, nerviosismo e imprecisiones. Y los de Julio Vaccari, como animal que está agazapado para quedarse con su presa, supo aprovechar la situación. A los 33 minutos de esa primera mitad amplió el marcador en los pies de Santiago Solari Ferreyra quien aprovechó un rebote de una jugada bien realizada por la derecha, con un arquero ya vencido. Acomodó bien su derecha y puso el dos a cero para defensa.
El segundo tiempo tuvo un intento de mejoría del rojo. Pero lo cierto es que el Halcón ya sabía lo que tenía que hacer y cómo manejar el nerviosismo de los de Avellaneda. Es más, pudo ampliar el marcador a los pocos minutos de iniciada esa mitad por medio de un penal, que en primera instancia había pitado el árbitro que luego, por la intervención del bendito VAR terminó anulando (para quien escribe fue penal).
El Halcón terminó con la posibilidad de ampliar el marcador en dos veces más por medio del flaco Alanís, pero no lo supo aprovecha. Más allá de eso lo importante es que los tres puntos viajaron a Florencio Varela, el equipo sigue ganando y hubo puntos altos en el equipo de Vaccari y se nota que el trabajo en la semana comienza a hacer efecto.
Tres al hilo, defensa está al rojo vivo.
Por: Daniel Aranda
Foto: El Gráfico