Uno. En una tarde agradable de viernes no laborable de principios de Mayo, un dignísimo Defensa y Justicia perdió 3 a 2 contra un ecléctico Independiente de Rivadavia en Mendoza, por la última fecha del campeonato, cuyo resultado determinó que no clasifiquemos a los play offs. No alcanzo, pero se intentó. Inclusive se habían dado todos los resultados, habían perdido todos los que estaban arriba. Una lástima esa espina. El consuelo de si jugamos así todos los partidos que nos quedan, podemos llegar a pelear la copa, por lo menos intentar clasificar a octavos, podemos pelear la copa Argentina, intentar ganarla, podemos volver a jugar dignamente contra todos los equipos que se nos presenten, de visitante o de local. La gente tal vez opine lo contrario, no sé.
Dos. El partido. ¿Vieron los goles de Independiente? Pareció increíble que en cada uno siempre daba la sensación de descolocar, de no llegar, como si fuera con el último aliento. De ahí de seguir la jugada hasta el final. La constancia del final. Luego de un par de idas y vueltas interesantes, empezó ganando el local con un gol que pareció salir afuera de la cancha. Empató Defensa, con un gol de cabeza de Maldonado y lo dio vuelta con un zapatazo de Togni. Nos fuimos al descanso con ventaja, adentro de los play offs. Pero otra vez nos volvimos a meter atrás. El local tomó coraje, se agrandó. Empató y lo dio vuelta. A casa a pensar en los demás torneos.
Tres. Sé que hay muchos que en estos momentos piden la cabeza del técnico, que se han desilusionado. Es normal, en el inicio del campeonato el equipo estaba para más. No sé qué es lo que pasó, porque jugar jugaron la mayoría siempre los mismos. ¿Faltó rotación, consolidación? En el partido pasado le hicieron una pregunta al técnico De Muner que me llamó la atención: si seguía o no, y dijo que si fuera por él y su cuerpo técnico se quedarían a vivir acá en Varela. Yo quiero tener esos técnicos. Hay un respeto por el trabajo en la institución, y eso le tiene que permitir trabajar tranquilo, por más que no se hayan dado los resultados en el torneo. Las copas definirán un poco los pasos a seguir, acaso sea profético. Podemos seguir soñando.
Agradezco al señor Walter y a todo el equipo de mi queridísimo Defensa Pasión por haberme permitido escribir las crónicas de los partidos este principio de temporada. Esperemos continuar colaborando. Pensando en ustedes, viejos amigos, en la memoria de tíos bukowskianos y en la de mi yeyo, dejo este poema de Omar Kahyamm:
¡Bebe vino! Lograrás la vida eterna.
El vino es el único capaz de restituir la juventud.
¡Divina estación de las rosas, del vino y de los buenos amigos!
¡Goza del instante fugitivo de tu vida!