Defensa y la velocidad de volverse a armar en el final

Cómo no emocionarse y soñar por un momento, aunque sea por un ratito, con el empuje del equipo, con este triunfazo en el final. Una obra a la costumbre de las viejas épocas, a la persistencia, a la perseverancia. Ajustemos nuestra rutina para volver a soñar.

En otra tarde noche de otro lunes esplendido, primaveral, un despertado Defensa y Justicia le ganó a otros de los que corría arriba del caballo de, por uno a cero de local, en Varela. Ah, si, Riestra. Sigan mandándonos a jugar los lunes por favor, así les damos una alegría, un destino a toda la gente que se aburre durante todo el fin de semana para que arranque la semana con todo.

Volver a la cancha como ver viejos amigos. El tito Tomaghello resplandecía y esperaba, a pesar de la aun no habilitada tribuna, a pesar del día, con su promesa de buen fútbol, de fútbol de alto vuelo, por dos equipos que ya de por sí se habían acostumbrado a ser sorpresa, a ser la cenicienta, amén de los cuentos de hadas, de todos los partidos del torneo, de los distintos torneos. Pero ahora se enfrentaban entre sí. Que buen equipo Riestra, le pese a quien le pese.

Podría decirse que los dos equipos jugaron a no perder, a no arriesgar. Y así el partido se desarrolló como si fuera un partido de fin de semana entre solteros contra casados, pero no. Ambos equipos demostraron que jugar contra ellos no será fácil.  El primer tiempo fue todo nuestro. Atacamos por los costados, generamos asociaciones, hubo pelotas paradas, toque corto, una defensa bien parada, consolidada. El segundo también. Hasta que el arbitro, que también hizo de voz del estadio, cobró penal. Bien cobrado. Nada que reprochar. La entrada de Chicho Stefanelli fue decisiva para ello. Gol de Osorio. Expulsión de Osorio. Riestra pareció despertar, casi lo empata. Fin del partido.

Sí, hay un atractivo en el procedimiento que tiene el equipo como si estuviera construyendo obra. Hay dos o tres chicos, bueno, hay un futuro. A pesar de que costó todo luego del desarme. Pero lo que hubo hoy fue una idea de equipo, un te buscas un futuro pensando en que estás en una dinámica de creación, en una idea de progreso, necesario para vivir.

Ambos equipos demostraron que están para pelear arriba, que van a dar pelea a cualquiera. Pero Defensa demostró que volvió a amarse a si mismo, casi como un renacimiento.

 

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