Defensa no estuvo a la altura de la Universidad Católica pero todavía puede estudiar

Uno. En la noche de jueves, en la semana de lo del papa, en un horario que rememoró los viejos partidos que seguramente cada hincha habrá tenido alguna vez jugando al papi futbol, un aventurero Defensa y Justicia cayó en Ecuador contra una barrial Universidad Católica por 3 a 1 en el marco de la copa Sudamericana. Un partido áspero, con muchas idas y vueltas, en el cual el Halcón se plantó, pese a la altura, pese a su contrincante, duro, durísimo, que parecía más un equipo de individualidades, de viejos borrachos, con una defensa y un mediocampo bien paradas. Hasta que llegó el VAR, otra vez, el empate, la caída. Tal vez perdimos en el palo y palo, en el desatino descontrolado.

Dos. El partido arrancó fuerte. Ambos equipos no escatimaron en jugar, en llegar al arco contrario en base a toques, y así llegó, en una jugada confusa a través de un centro, una aparente mano que el árbitro a través del VAR sancionó penal y nos la mandaron a guardar. Seguimos con nuestro libreto, sin desesperarnos y en un tiro libre, Kevin Gutiérrez probó sabiendo que la altura jugaría a su favor, empate de Defensa. Después de eso pudimos haberlo ganado, Beto tapo un mano a mano. Pero para eso tenemos que generar las jugadas idóneas, y tener un poco más de suerte, que las tuvo la universidad, por si acaso. Con ese extraño segundo gol en el que parecía siempre que no llegábamos y ellos tampoco y finalmente nos descolocó. El tercero fue una contra letal.

Tres. El futuro parece repetir el pasado. Y cuando todo parece desazón, intentamos vislumbrar un vestigio de esperanza, después de este 3 a 1 abajo en Ecuador contra este tan conurbanesco nombre de la Universidad Católica ecuatoriana. Buscándola quizás la encontremos, a la esperanza. Amen de los hinchas que fueron a Ecuador. Así nos hacemos la fama, así nos la habíamos hecho, pero basta ya de comparaciones. Es hora de decirles a los jugadores y al cuerpo técnico que sean ellos, y que salgan a matar o morir los partidos que quedan. Pero que tampoco mueran. Que jueguen. Son horas decisivas para ambas competencias si queremos seguir con vida. Qué podemos saber. Qué debemos hacer. Qué podemos esperar. Dios dirá.

 

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